Características principales que debe incluir un buen servicio de hosting
Lo primero que hay que saber es que lo barato al final puede resultar caro. Un alojamiento web que se precie debe ofrecer servicios de calidad, buena velocidad y opciones adicionales para todo tipo de usuarios a un precio asequible. Por ejemplo, la experiencia del usuario en una página web es algo muy importante. Por tanto, la velocidad de carga debe garantizar un tiempo de inactividad mínimo para no perder ni visitantes ni clientes.
Otra característica obligatoria que debe cumplir un buen hosting es el soporte. Un ejemplo claro son las empresas de comercio electrónico que, gracias a la globalización, venden a mercados internacionales y necesitan atención al usuario durante las 24 horas del día y los 365 días del año. Cualquier incidente debe ser resuelto en el menor tiempo posible, ya que las pymes y empresas no pueden decir a sus clientes que su página web falla a causa de un servicio malo de hosting.
También es importante contar con un ancho de banda importante y una gran capacidad de disco. Para ello, es preciso ofrecer un servicio en función de las necesidades de cada usuario. La escalabilidad es algo a tener en cuenta, ya que no es lo mismo un alojamiento web para una compañía de 10 personas que para otra de 100. Por tanto, adaptarse al cliente y a su futuro crecimiento son circunstancias a tener en cuenta a la hora de contratar un buen hosting.
La posibilidad de albergar diferentes plataformas también determina los servicios de un notable almacenamiento web. No es lo mismo que una web esté asociada a PHP que a ASP. Para el primer caso, es necesario Linux y para el segundo, ASP. Por consiguiente, el proveedor de hosting debe ofrecer la posibilidad de albergar distintas plataformas y CMS, como el más usado, WordPress, Joomla, Drupal, Magento, etcétera.